Las pruebas clínicas demuestran que los bebés nacidos de padres alérgicos tienen tasas de alergia significativamente más altas que los demás bebés. ¿Cómo puede saber si su bebé tiene probabilidades de nacer con alergias? La puntuación de alergia familiar (FAS) y la inmunoglobulina E total (U C-IgE) de la sangre del cordón umbilical del recién nacido son dos medidas desarrolladas por la medicina moderna. Ambas pueden predecir con éxito hasta el 80% de las tasas de alergia de los bebés, lo que permite a los padres aplicar una prevención precoz de la alergia a los bebés de alto riesgo.
2. Crecimiento corporal
Los alérgenos pueden entrar fácilmente en el torrente sanguíneo a través del intestino y provocar reacciones alérgicas en bebés de corta edad debido al desarrollo incompleto del sistema inmunitario y a la inmadurez de la barrera intestinal. Esta situación mejorará gradualmente a medida que el bebé crezca y se desarrolle su sistema inmunitario.
3. Modo de parto
El método de parto de la madre también tiene algunos efectos alergénicos en el niño. Los bebés nacidos por parto normal tienen una tasa de alergia mucho menor que los bebés nacidos por cesárea. Esto se debe a que los bebés nacidos por cesárea reciben parte de la flora «beneficiosa» a través del canal del parto de la madre. Se ha demostrado clínicamente que la tasa de alergia aumenta en un 23% en las cesáreas sin antecedentes familiares de alergias y en tres veces en las cesáreas con antecedentes familiares de alergias.
4. Condiciones de vida
A medida que los espacios de vida urbanos modernos se hacen cada vez más estrechos y confinados, la circulación de aire en la habitación se resiente, lo que hace más probable la reproducción de alérgenos. Algunas familias que tienen perros y gatos como mascotas no limpian a tiempo la caspa, lo que puede provocar alergias en los bebés. Además, la acumulación de polvo en muebles y enseres domésticos, así como los ácaros en la ropa de cama y los peluches, pueden provocar alergias en los bebés.
5. Método de alimentación
Algunos bebés son alérgicos a las proteínas de la leche y a la lactosa, lo que hace imposible la lactancia materna o la alimentación regular con leche artificial. Si los padres no son conscientes de ello y siguen alimentando al bebé con alimentos inadecuados, el bebé desarrollará una alergia o empeorará una alergia ya existente.