Las toallitas húmedas son las armas heroicas de toda mamá contra las tareas diarias de la crianza. Estos prácticos inventos sirven para limpiar bocas sucias, manos pegajosas y ayudar con el cambio de pañales, además de limpiar superficies para que queden relucientes. Los británicos adoran las toallitas húmedas: gastan más de 500 millones de libras al año en toallitas de todo tipo, desde para limpiar la cocina hasta el culito de los bebés.
Aunque pueden ser prácticas, las toallitas húmedas son bastante problemáticas para el planeta. Todos somos culpables de recurrir a una toallita húmeda como solución fácil para limpiar el desorden, pero esa decisión de una fracción de segundo tiene un efecto duradero en el resto del planeta durante años.