1. Prestar atención a reponer la sopa en verano

En verano, la pérdida de agua es relativamente rápida, y el sodio, el potasio y otros minerales se eliminan con el sudor, por lo que los niños deben tomar más sopa en verano. A la hora de suplementar el agua, se recomienda que los niños coman más fruta, o que la suplementen con sopa, y que hagan pocas comidas. Sin embargo, los padres no deben dejar que los bebés beban demasiada agua hervida, porque el exceso de agua puede causar intoxicación por agua.

2. La crianza en verano necesita proteínas

El desarrollo físico de los niños es rápido, y las proteínas son esenciales. En un entorno de altas temperaturas, la pérdida de proteínas es mayor y la descomposición más rápida, por lo que es fácil que los bebés tengan una ingesta insuficiente de proteínas en verano. Las madres deben prestar atención a complementar las proteínas con leche, huevos, productos de soja y carne. Se recomienda asegurar una ingesta diaria adecuada de leche y huevos.

3. Comer más fruta y cereales para complementar las vitaminas

Hay más vitaminas en los cereales secundarios, y la vitamina C, B1 y B2 son las que más se pierden con la transpiración. Los padres pueden dejar que los bebés coman más frutas, cereales secundarios y verduras y frutas para complementar la vitamina C, la vitamina B1 y la vitamina B2, que son necesarias para el crecimiento saludable de los bebés.

4. Cuidado con los alimentos en mal estado

Los alimentos de verano se pudren con facilidad, por lo que los sobrantes deben guardarse inmediatamente en el frigorífico. Además, los padres deben tratar de controlar la cantidad de cocción tanto como sea posible, para que los niños puedan comer verduras frescas en cada comida. Preste atención a cocinar los alimentos por segunda vez, porque en el frigorífico también se producen bacterias nocivas, sólo después de calentarlos a fondo pueden desempeñar un efecto bactericida, de lo contrario provocarán intoxicaciones alimentarias, lo que dará lugar a disfunciones gastrointestinales de los niños. Con el fin de matar las bacterias en los alimentos refrigerados, la comida debe ser calentada a más de 75 ° C antes de comer al día siguiente ( el caldo debe ser hervido durante 3 minutos ).

5. Cuidado con las bebidas frías

La avidez de los bebés pequeños por las bebidas frías tendrá un mal efecto en su delicado gastrointestinal, lo que hará que la cavidad oral, la mucosa gástrica se vasoconstrinjan, afectando al riego sanguíneo local y a la secreción de jugo gástrico, provocando dolor abdominal, diarrea y pérdida de apetito y otros síntomas. Por lo tanto, los padres deben prestar atención a permitir que los niños ingieran una cantidad adecuada de bebidas frías, para no causar trastornos digestivos y trastornos nutricionales en los niños.